CINE: Hold Back the Dawn (1941) Director: Mitchell Leisen

Traducida aquí como ‘Si no amaneciera’, con un Charles Boyer suavemente despreciable, ya que Boyer nunca pudo ser despreciable del todo, —como no lo fue Bogart las pocas veces que le tocó hacer de tipo ruin—, la historia se desliza con la misma suavidad, sin prisa, por una historia de simulación y falsedad perfectamente actual. ¿Qué no harías tú por poder cruzar una frontera?
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Rodada en algunas localizaciones exteriores auténticas de Tijuana y las habituales estilizaciones de decorados hollywoodenses, esta peli sorprende por la cantidad de líneas que hay en castellano y lo verdaderas que resultan, porque esta peli es una honrosa excepción en la que no todos los mexicanos hablan como Speedy González.
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Esta peli es la última peli de Billy Wilder como guionista que no dirige su propio guión. Es decir, que a esta peli, y a los disgustos que le acarrearon, le debemos el que Wilder se decidiera a dirigir sus propias pelis. Solo por eso debería de ser puesta en un altar.
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Está basada en un relato que escribió Ketti Frings, casada por entonces con Wilder, y que según todos los rumores, se acerca bastante a la realidad de cómo ellos dos se conocieron… en una frontera.
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Como oponente principal a Boyer tenemos a Paulette Goddard, esa bella, bellísima, que nunca tuvo papeles de prestigio, ni jamás hizo una actuación memorable, pero que siempre consigue desenvolverse con soltura en ser la fresca del barrio, con intenciones aviesas siempre que sea posible. Lo que toda madre llamaría una mala mujer.
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En el lado bueno está la insufrible, insoportable, intragable, Olivia de Havilland, que sí hizo papeles de prestigio y tuvo muchas actuaciones memorables, pero a la que yo no soporto.
Interpretando una vez más su eterno carácter de mosquita muerta, de víctima propiciatoria, necesaria para que el triángulo se cierre.
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El asunto se va desgranando como dije sin prisa, algo curioso en estas producciones rutinarias, deteniéndose en pequeños detalles agradables a la vista y al oído. Travellings (tracking shots) a lo largo de calles polvorientas, largas secuencias de bailes populares, de canciones de campesinos humildes, de ceremonias religiosas, con muchos extras implicados y realmente metidos en su papel.
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Al parecer esta vez no se trataba de llenar salas de cine, porque da la impresión de que el director realmente estaba disfrutando con esta historia, y todo el rato lo transmite con ese tempo cadencioso que al final consigue meterte en esta historia improbable, similar a ‘Casablanca’ (1942), aunque esta sea anterior, pero siempre igual a esa primera peli de fronteras que fue ‘Argel’ (1938), también con Charles Boyer, una peli estupenda de la que hablaré aquí otro día…
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Muy interesante dentro del subgénero de pelis fronterizas.
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