Qué se celebra aquí? Que Cronenberg tiene un casting de primera, con tres intérpretes en la cima de su carrera. Que cuenta con un director de fotografía excepcional. Que en busca de rincones sórdidos haya elegido Grecia para el rodaje.
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Que qué es una pena? Que Cronenberg piense que está contando una historia impactante, con primeros planos de cuerpos abiertos en canal, cuando la peli es la hostia de aburrida.
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Que Cronenberg trate de recuperar el estado de shock que produjo su ‘Inseparables’ (Dead Ringers, 1988) con sus herramientas obstétricas aterradoras, cuando, treinta y cuatro años después, hemos visto tantas vísceras y sangre que cualquier psicópata del pasado nos da risa (todos menos Norman Bates, claro).
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Y que, aunque los efectos especiales son convincentes, los decorados resultan pobretones.
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Una peli de terror que deja indiferente.
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