Lo primero que tengo que decir es que no me gusta sufrir con series de traficantes, abogados, forenses, mafiosos, policías, muertos vivientes, espías, eventos sobrenaturales, diabólicos y mucho menos de vampiros adolescentes. Y no sufro con ellas porque no las veo. Ninguna.
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Prefiero sufrir intentando descifrar ‘Severance’.
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Yo creo que es una metáfora sobre el trabajo, pero las opiniones difieren.
Puede ser una metáfora sobre el poder. Sobre el capitalismo. Sobre las dictaduras. Sobre la religión o sobre todas ellas a la vez.
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Lo bueno, si se me permite decirlo así, es que tú no sabes lo qué está pasando, al igual que los protagonistas, y cada paso que das para saberlo depara nuevos misterios.
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Con dos secundarios de excepción, John Tuturro y Chistopher Walken, dos antagonistas, (una es Patricia Arquette!) y tres protagonistas totalmente diferentes en los físico, lo mental y lo motivacional. Porque la cosa también va de motivación. Y estímulos e incentivos. De regalos de empresa. De fiestas de celebración.
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No es distópica, pero es una distopía. No es fantástica, pero habla de universos paralelos. No es de terror pero tiene momentos aterradores.
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La música, alucinante, es una pulsación permanente que te acompaña desde el inicio, como el latido de un organismo gigantesco, que hace que el aire alrededor sea cada vez más claustrofóbico.
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Ah, sí. Es que se me olvidaba decirlo. Esta serie también es claustrofóbica.
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No os apetece ahora sufrir un poco, como yo he sufrido?
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