calle de Alvarado, cerca de calle de Bravo Murillo | Calzados Otero
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Esta es una de las últimas fotos que tomé antes de lanzar mi página web con mi proyecto fotográfico ‘Comercios Históricos de Madrid’ y es una de mis favoritas.
En casi ninguna de mis fotos hay personas porque me parece que el estilo documental, que tiene más que ver con la arquitectura, queda roto por la, casi siempre asimétrica, aparición de una persona.
Aquél día, después de hacer un par de tomas de esta estupenda fachada de teselas verde oscuro, me asomé por la puerta que ven a la izquierda (la reparación de calzados Otero estaba cerrada porque todavía porque era ‘la hora de comer’) y vi a un señor en el interior. Le saludé con la mano y él me contestó, saludándome también con la mano.
Yo volví al centro de la calle, que estaba desierta en ese momento, (a excepción de mi amigo Pejo, que me había mostrado esta maravillosa tienda, y Leena, que nos acompañaba en el paseo) a hacer otro par de fotografías antes de irme y ví que el señor de antes aparecía por la puerta contraria, la de la derecha, y se afanaba con un complicado manojo de llaves para abrir. Me acerqué a la puerta y, cuando por fin abrió, lo saludé. Llevaba un delantal de artesano, como hacía años yo no veia uno, muy pulcro, y me sonrió de oreja a oreja. Le expliqué que estaba haciendo fotos para mi proyecto de Comercios Históricos de Madrid y que su taller me encantaba y que esperaba que no le importara que hiciera otro par de fotos. Él me sonrió, me dijo que no había problema, yo le dí las gracias y de pronto tuve esta inspiración. ‘Quiere usted salir también en la foto, con su tienda?’ y él me dijo que bueno, siempre sonriente. Yo me fui para atrás tiré media docena de fotos como la que véis y me volví a acercar para despedirme. Entonces me dijo ‘Mi hija es la que lleva el negocio ahora… No sé si yo debería de salir en las fotos, porque yo estoy jubilado…’
Por eso es una de mis fotos favoritas.
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©2020 Luis Pita Moreno