Se conoce mucho más del carácter de la gente haciendo fotos en la calle que en cualquier otra actividad. Este antiguo comercio de calzados ortopédicos —uno de los tres comercios antiguos que aun quedan en esta larga calle— era un objetivo claro desde hacía meses pero todavía no había conseguido una buena foto. Es una foto complicada, delante de la fachada hay una parada de autobuses, un semáforo y un poste de alumbrado, amén de una acera estrechísima. De tal manera que tras varios disparos poco satisfactorios decidí bajar de la acera, cuando el semáforo estaba en rojo, y hacer la foto entre los coches detenidos. Así, en cada ciclo del semáforo, cuando se ponía en rojo bajaba otra vez, y en medio de los coches, entre dos carriles, apuntaba y disparaba. En esas estaba cuando veo a través del visor que alguien ha salido de la tienda y se ha parado en las escaleras, bajé la cámara y vi a un joven con bata blanca que me hace señas. Subí a la acera y le pregunté, al ver por su indumentaria que debía de trabajar allí, si es que no le parecía bien que yo estuviera haciendo fotos de su comercio. Su respuesta fue: ‘No hay ningún problema! Puedes hacer las fotos que quieras. Solo quería decirte que la semana que viene voy a pintar la fachada y estará mucho más bonita’. Eso me encantó. Su gesto me alegró la mañana.
Estuvimos charlando un rato, yo en la acera y él en las escaleras, y le comenté lo que me imagino todo el mundo piensa… que es realmente extraordinario que una ortopedia tenga esas tremendas escaleras, etcétera…
Entonces surgió otra vez un pensamiento que tengo últimamente de forma recurrente: ¿No es curioso que nos sorprenda la amabilidad de alguien, cuando debería ser lo habitual?
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calle de San Bernardo, frente a la calle Daoiz | Calzados Ortopédicos Asensio (2020)
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Porque Madrid nunca más va a volver a ser como es ahora…
©2020 Luis Pita Moreno
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